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Anoche conversé con tu recuerdo, desterró de mí el frío y miedo, me abrazó en su manto de caricias y hasta me habló de tu sonrisa. Anoche conversé con tu recuerdo, asestó sobre mi pecho el deseo de buscarte aun en sueños y sentirte junto a mí. Y hoy escribo esta canción para entregarte el corazón y anidarte en mi prisión. No pretendo dar riquezas, sólo una pequeña pieza de mi humilde inspiración. Anoche navegué con tu recuerdo, bogué sobre los mares de tu cuerpo, trazaste con tus manos en mi cielo una constelación de mi deseo. Volqué sobre tus bosques mis anhelos y todas las caricias que aún tengo intactas, que he guardado por si vuelves a venir. Y qué esperas tú de mí, sólo dímelo por fin, si te quedarás aquí. Hoy me dices que me amas y mañana tú te marchas sin dejar algún señuelo o una huella de tu vuelo, de tu aliento. |