Y que vengan las aves libando mi flor
y al trinar suelten rastros de mí.
Vengo naciendo con la luz del sol,
henchido tengo el corazón,
que derrame mi copa de tanto color
irisando los días de candor.
Y que vengan las aves libando mi flor
y al trinar suelten rastros de mí,
incitando a mi hermano que aún pueda reír,
ría en mi noche febril.
Ligeros de penas todos bailarán
al compás del acorde lunar,
seguiremos la estela de la estrella fugaz
que se inserta en la felicidad.
Y que vengan las aves libando mi flor
y al trinar suelten rastros de mí,
incitando a mi hermano que aún pueda reír,
ría en mi noche febril.
Ya unidas las almas en la obscuridad,
nuestro canto uno sólo será
y al unísono todos juntos gritarán:
VIVA NUESTRA LIBERTAD.
Y que vengan las aves libando mi flor
y al trinar suelten rastros de mí,
incitando a mi hermano que aún pueda reír,
ría en mi noche febril.
Y que vengan...
